28.10.13

La cocinera vietnamita

¡Buenos días!

Me gustaría comenzar la semana con un pequeño relato que surgió de mi viaje por Vietnam. De ahí el título de la entrada. Espero pronto dar vida a algo más extenso, pero de momento os dejo con un avance y alguna captura de los momentos y lugares que me inspiraron.
Espero que lo disfrutéis. 

Gracias por leerme.




LA COCINERA VIETNAMITA




El silencio de aquella recepción del diminuto hotel Liberty en Hanói se vio interrumpido por un alarde de ruidos criminales para el sosiego. Iban desde motores y bocinas de motocicletas hasta el estallido de sartenes contra fogones grasientos que invadían las calles de la ciudad. La puerta se cerraba despidiendo aquel bullicio y allí, plantados con unas ojeras casi del tamaño de sus enormes mochilas, dos muchachos de pinta europea tiraban sus bártulos sobre la moqueta raída. 

¿Tienen reserva?- preguntó la mujer en un inglés que difícilmente podía adivinarse y sin quitar la vista del obsoleto ordenador que manejaba.            

- En realidad no.  – contestó el más adelantado. Acabamos de llegar y …

- No reserva, no habitación. Todo lleno.

No parecían tener ganas de coger de nuevo su casa a cuestas cual molusco octogenario, cuando de repente ella entró en la estancia. De estatura media, cabello negro y brillante comparable al de buen equino de raza y ojos que atravesarían hasta el alma de un ser inmortal, se deslizó hasta la recepcionista para dejarle la cena sobre el mostrador de madera carcomida.

- Gracias. – dijo la mujer. Parca en palabras. Eso había quedado claro .
Cuando estaba a punto de deshacer su camino, la joven levantó la mirada y se fijó en él. Petrificada por unas décimas de segundo reaccionó a tiempo para seguir su andadura, no sin antes volver la vista atrás y observar como aquel desconocido, inmóvil, seguía su rastro sin disimulo alguno.
























Pasad un buen día,

Besos como quesos!


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